Lo más bonito de ser autónomo es que puedes desarrollar y madurar el concepto de la paciencia mientras que internamente te desgarras cuatro o cinco órganos vitales sin que nadie se percate. Esa es la magia, ese es nuestro gran poder. La agonía y la desesperación junto a la tostada de la mañana. ¿Te pongo aceite y sal?