Tarde milésima sexcentésima quincuagésima quinta. En cosechas anteriores.

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En tiempos pasados, hace cinco años, cuando tenía 17 años, la primera vez que me comí un kebab, el noviembre anterior, el otro día, en la década de los 80, en el último capítulo.

En todo lo de detrás.

En todo eso siempre hemos tenido buenas y malas cosechas,  en ocasiones tres temporadas malas seguidas y otras veces años de paz y calma.

Por todo ello vamos a sernos sinceros, vamos a mirarnos de frente, sin tapujos, y vamos a lanzar toda la energía al siguiente paso.

Tarde milésima sexcentésima quincuagésima cuarta. Fake

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Por favor, si son tan amables todos ustedes, me gustaría robarles unos minutos de su atención. Muchas gracias de antemano.

En estos tiempos en los que Pinocho está recuperándose de su reciente rinoplastia es momento de que unamos todos nuestras almas y nuestros bolsillos para reclamar públicamente un monumento a todo lo acontecido. Un monumento que nos recuerde y nos guíe en los tiempos futuros. Preciosa escultura en bonito parque, todo limpio, todo despejado. El artista increíble, extraordinario, único, no podía hacerlo otra persona.

He podido acceder a los bocetos de tan heroica escultura: una jeringuilla gigante, enorme, descomunal. Mirando al cielo, alto, limpio y claro y una gran aguja apuntado alto a juego con la jeringa. La gran jeringa que nos recuerde los tiempos del virus desde su gestión a sus consecuencias, que nos deje soñar con las grandes mentiras cada vez que acudamos a su regazo los domingos dando un paseo.

Uno de los anexos a tan faraónica escultura es una catapulta situada a unos 300 metros de la jeringa, en lo alto de una colina. Una catapulta con una cuchara de terciopelo para que el proyectil se sienta cómodo en todo momento (como siempre). Niños de todas las edades, adolescentes problemáticos, churreros, parejas acarameladas y recién jubilados pueden subir la colina y disfrutar del lanzamiento de proyectiles intentando que acaben insertados en la aguja que clama al cielo.

Por un módico precio podrán comprar el tipo de munición que deseen para practicar: cualquiera de los de la OMEMP (Organización Mundial de la Enfermedad y la Mentira Piadosa), políticos con la boca llena de mierda, presentadores de televisión que deberían estar en el fondo de un pozo pidiendo auxilio y economistas con cola de tiburón.

Que bonito todo, que gran monumento.

Tarde milésima sexcentésima quincuagésima tercera. Domingo

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Hoy es domingo. Mañana es domingo. Ayer fue domingo. Hoy es domingo, domingo es hoy. ¿Alguien tiene el correo electrónico de la OMS? Es que le quiero mandar un mail al Tedros para que me diga que hacer en los casos en que los domingos son todos los días. Seguro que responde con un mensaje automático que empieza por: Es demasiado pronto para…

Mi querido Tedros, este Septiembre te invito a la Feria de Albacete, podemos ir en mi coche desde Valencia y en el trayecto ponemos esa que dice: “por el mar corre la liebre y por el monte la sardina”, que risa ¿eh? Es que como nos lo pasemos de bien.

Día milésimo sexcentésimo cuadragésimo noveno. Autónomos

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Lo más bonito de ser autónomo es que puedes desarrollar y madurar el concepto de la paciencia mientras que internamente te desgarras cuatro o cinco órganos vitales sin que nadie se percate. Esa es la magia, ese es nuestro gran poder. La agonía y la desesperación junto a la tostada de la mañana. ¿Te pongo aceite y sal?

Día milésimo sexcentésimo cuadragésimo octavo. Balanza

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Día milésimo sexcentésimo cuadragésimo séptimo. Mercromina

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Recuerdo mi infancia cuando, para casi cualquier cosa que te pasase, las SuperMadres tenían en su poder dos productos milagrosos: el Vick Vaporub y la Mercromina. Podías caerte, desangrarte, arrancarte la piel a jirones, dejar de respirar tras una buena paliza, ¡daba igual! un poquito de uno en las rodillas y otro tanto de otro en el pecho (precaución: pega el pijama a la piel) y estabas a salvo de todo.

Me gustaría hacer una llamada de auxilio para saber si algún Superhéroe podría ponerle un poco de estos remedios al Mundo, que se cayó hace un mes por una cuesta sin frenos y cada día le cuesta más respirar.

Día milésimo sexcentésimo cuadragésimo tercero. xes

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Pasará la tormenta o seguirá nevando fuera. Tampoco nos asomaremos a la ventana entonces. Lo único que sabemos es que vamos a follar tanto y tan fuerte que le vamos a dar la vuelta a las letras del abecedario, se nos va a quedar el cuerpo solamente con ganas de más. Agárrate bien que vienen curvas.

Día milésimo sexcentésimo cuadragésimo segundo. El cuento.

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Todo comenzó con pequeños incendios controlados, ¿controlados?

Los bosques lloraron cenizas y fuego y el Mundo entero comenzó a arder despacioprisa, deprisapacio.

Muchos de nosotros jamás habíamos visto incendios como esos y así que nos pusimos delante y nos hicimos unas cuantas fotos, los selfies sustituyeron en cuestión de días a las panaderías. Sin panaderos y sin pan las siguientes en caer fueron las palomas y con ellas las señoras con bolsas llenas de restos de comida. Ya empezaban a crecer las listas de matriculados en las oficinas del Infierno. El cielo se lo quedaron los políticos, la familia de Belén Esteban y Urdangarín que le dejaron salir de prisión por buen comportamiento. En dos años solo había robado sobres de azúcar y había insultado a dos o tres compañeros en las duchas, un ejemplo de mejora de conducta sin duda.

Un día, sin saber cómo, empezó a arder el edificio donde guardaban todos los papeles de colores, esos que los cambias por cosas para vivir. Con esos papeles se quemaron también los ordenadores que contenían información sobre los delincuentes con corbata y micrófono.

Partes de las ciudades se iban incendiando, barrios completos, fuego por todas partes. La gente no sabía si correr asustada, intentar convertirse en estatuas ó ayudar a lanzar más fuego sobre el fuego. ¿El fuego que quema otro fuego quema más?

Y la gente se puso a llorar con tanta rabia y tanta fuerza que las lágrimas le sentaron al fuego como un buen trago de gasolina. Y llegó la sed. La sed de todo (venganza incluida).

Unos cuantos enviados de parte del Mesías explicaron a la gente que aunque tuviesen que ir al Infierno tan pronto a sufrir no se preocupasen puesto que los de arriba caerían también al inframundo tarde o temprano. Y ahí, preparados y dolidos, los caídos por los de arriba esperaron a los de arriba. Cuando estás muy arriba y caes muy abajo la hostia es digna de video viral de youtube.

Y este mensaje quedó escrito durante mucho tiempo en las puertas del Infierno:

“Creadores de incendios, bienvenidos al verdadero Fuego. Pasad, aquí se está calentito.”

 

 

Día milésimo sexcentésimo trigésimo noveno. La nueva era.

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Entre el espacio de aplausos y mentiras se cuela la masa viscosa de la nueva era.

Banqueta. Café. Café (casi no queda). Banqueta.

Mente. Pensamientos. Pensamientos (casi no quedan). Cuerpo.

Me tapo y escondo la cabeza y enciendes la linterna. Bajo las sábanas todo parece distinto. Y el miedo cala tanto o más que el frío.

En la nueva era no te toca nadie, pupa, malo, fuera. En la nueva era no toca nada, no hay lotería.

En la nueva era somos y en la era futura se reirán de nuestra era, se burlarán de lo marionetas que fuimos, de los juguetes rotos. En la era futura se seguirán llenando de polvo las repisas del alma. Ellos tampoco se han parado a pensar en que todo es nada y nada puede ser un buen paso.

Valientes, fuertes y responsables, ha llegado vuestra hora. Mostradle al mundo entero lo valiosos que sois dentro de vosotros mismos. Las guerras van por dentro. Sacad la artillería pesada y contadles a todos en Instagram lo bonitas que os han quedado las empadillas que os enseño a hacer vuestra madre por videollamada. Mientras tanto fuera que sigan ardiendo los bosques y las aldeas.

 

Día milésimo sexcentésimo trigésimo séptimo. Los que hablan en la tele.

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Confinado:

1. adj. Dicho de una persona: Condenada a vivir en una residencia obligatoria. U. t. c. s.

2. m. y f. Der. Persona que sufre la pena de confinamiento.

Confitado:

1. adj. Confiado, esperanzado.

Con tan solo una letra de diferencia cambian los acuerdos establecidos. Nos hemos obligado a lo primero esperando nos confite la gracia divina.

Estos días. Estos y esos que vienen.

Yo me llamo a la confitura.

Y mientras me intento cubrir con un baño de azúcar miro la televisión a veces y leo la prensa muchas más veces que veo la tele. Y tengo muchos pensamientos y muchas propuestas para todos aquellos que aprovechan los tentáculos de la caja tonta en la casa tonta.

En primer lugar, sois unos suertudos y unos privilegiados, eso no os lo puedo discutir. Enhorabuena por seguir trabajando en ese medio que de repente tiene un repunte de visitas (obligadas por cierto). No os olvidéis que vuestro patetismo nos lo tragamos ya que no queda otra en muchas ocasiones en que las horas se estiran y se estiran como un muelle que no cede a leyes.

Tras años, quizás décadas, sin prestaros atención ahora tenéis toda mi cabeza a vuestra disposición. Me enamoran vuestros dientes blancos pasados por cal de aquella con la que encalaba mi abuela su fachada cuando se acercaban las fiestas del pueblo, me gustan mucho vuestras tetas llenas de cosas, vuestros pelos injertados uno a uno por algún super médico super prestigioso super pionero super peludo super. Me gusta todo, incluso la ropa que usáis que es fea a rabiar pero que os queda bien y os marca casi todo. Pero me gusta un poquito menos vuestra boca llena de enfermedad, aliento de sabiduría rancia. Imagino que os crece saber que millones de cabezas están sentadas escuchando vuestras conclusiones y vuestras verdades creadas y creídas por vosotros mismos (y quizás por vuestras madres, -mi hijo trabaja en la tele, ¿sabes?).

Sois patéticos, mentirosos todos, con traje o con un vestido de Agatha Ruiz del Estiércol.

Alertar, mentir, conspirar, contradecir, improvisar, deshacer y volver a mentir, mentir, y mentir.

Gracias a todos por vuestros programas de televisión, ruedas de prensa, supervivencias, gente que canta, que cocina y que bailan, gente que todo lo puede y que gana dinero en billetes de monopoly. Esta cuarentena o lo que sea esto que estamos pasando os voy a analizar minuciosamente para que en cuanto pase esto no volver a darle al ON nunca más porque no os merecéis la mierda que creáis. Pronto dejareis de ser importantes.